Particularidades de Burgos

Para todos aquellos visitantes que vengan a Burgos, han de tener en cuenta que en esta ciudad el tiempo es muy cambiante y no siempre fijo, a pesar de que este año se han tenido pocos días de frío, cosa muy rara en esta ciudad, caracterizada por un clima cambiante, y, muchas veces, con frío también en los meses de julio de agosto.

Es muy típico oír a los habitantes propios de Burgos decir que en esta ciudad sólo hay dos estaciones: invierno y la del tren, por este hecho que se acaba de comentar. El antiguo refrán de que hasta el 40 de mayo no te quites el sayo se cumple normalmente con creces en esta ciudad burgalesa, y muchos años más allá del 40 de mayo, incluso en las fiestas patronales (San Pedro y San Pablo, a finales de julio), pocos años se pasa calor en estas fechas en la ciudad.

Por otro lado, también hay que destacar como particularidad que, aunque al principio los burgaleses sean un poco más recios a hablar con la gente, esto no es del todo cierto, pues pasa como en otros muchos sitios, nos hace falta coger un poco de confianza para hablar de corrido con la gente.

Como otra particularidad habría que destacar nuestro Castillo, en lo más alto de la ciudad, y digno de visitar cuando se pasa por Burgos y se va a estar unos días en esta ciudad. Merece la pena visitarlo, aunque esté en ruinas desde que echamos a los franceses en 1812.